Un saludo al sacrilegio...
por Juan Carlos Maimone
Por más que trato de recapacitar o de buscarle alguna explicación coherente a la conducta de la Iglesia - o mejor dicho al Vaticano - como eje generador de constantes contradicciones - el panorama se oscurece más allá de la lógica, cimentando una diatriba insulsa que se instala entre el barbarismo y la razón.
Porque más allá de que la casa mayor de los católicos del planeta mantiene conductas y feudalismos que nada tienen que ver con las realidades de nuestro mundo; ahora, interviene en la política de los países que a la postre, les debe más reconocimiento que críticas.
Esta línea tan delgada que existe en el momento de tomar partido sobre temas realmente conflictivos, ha sido cruzada ya en reiteradas oportunidades - sobre todo por Benedicto XVI – creando como es natural, la desestabilización de los creyente y acentuando aún más, la vertiginosa pérdida de feligreses a lo largo y a lo ancho del mapa global.
Más recientemente, atacando a los EE.UU y su política de retención sobre Cuba, aseverando que “La Santa Sede considera que el embargo es algo que hace que las personas sufran las consecuencias y no logra el objetivo de un bien mayor…”
Valdría preguntarse qué hizo o qué hace el Vaticano para que el pueblo cubano no siga sufriendo los embates cada vez más sádicos de los hermanos Castro y sus secuaces…?
Naturalmente que nada; es más, una visita protocolar de un mandatario a otro país (el Papa lo es) no es otra cosa que una muestra de afecto o ratificación a su política, lo que a estas alturas y con la máscara de los Castro en el suelo, si lo de Joseph Ratzinger es inaceptable, lo de Benedicto XVI es una puñalada al pueblo de Cuba, a los presos políticos, a los oprimidos y a los disidentes de la isla. En otras palabras; no me imagino a Obama o a Cameron sentados tomando el té con el enano maldito de Corea del Norte…
Pero para cerrar la jornada, el parásito con sotana de Federico Lombardi (portavoz del vaticano) expresó que la Santa Sede considera el embargo norteamericano a la isla como una medida “Poco positiva y útil…”.
Y al llegar a este punto; creo es hora de aclarar de una vez por todas el “cuento” este del bloqueo usado hasta el paroxismo… Los Estados Unidos se reservan el derecho de negociar con quien se les da la maldita gana y ha decidido no hacerlo con Cuba y punto. No obstante; ese país puede hacerlo con Rusia, China, España y el mundo entero. En consecuencia lo que hace falta en “La Isla del Encanto” es vergüenza, palabra desaparecida del léxico castrista. Es más, Cuba ni siquiera es comunista, es simple y sencillamente Fidelista, régimen instalado por Fidel Castro Ruz, un cobarde que sólo entró en combate una vez (El Uvero) y lo encontraron defecado en el cráter de obús (versión de Ernesto "Che" Guevara en Guerra de Guerrillas).
Más tarde se “encargó” de los verdaderos líderes de la Revolución como el querido Camilo Cienfuegos, el temido Guevara, el movilizador Frank Pais o profesionales como Pedro Luis Diaz Lanz entre otros, para entronizarse rodeados de ineptos y aduladores que llevaron el país a la quiebra ética, moral y económica.
Yo conozco Cuba, la caminé a lo largo y a lo ancho, me interné en los pueblos de Oriente, de Camaguey de Las Villas, de la Habana, hablé y conviví con su gente, aprendí el “chuchero” y no me devoro el discurso panfletario del neo comunismo latinoa-mericano que lentamente le fue inculcando a sus pueblos el hablar y opinar de Cuba por fotos o peroratas, sin poder identificar a la isla en el mapa.
Conocí la Maternidad de Marianao donde las mujeres malparen en los pasillos y el Hospital de extranjería Cira García, donde en mi condición de tal, me atendieron mejor que en el Mercy de Miami, conocí familias subsistiendo en medio de la nada, conocí a la gente hablando por señas por miedo a que escuche el “chivato” de la cuadra (hombre del Comité de Defensa de la Revolución) conocí a la niñas que se prostituyen por un perfume o un desodorante, conviví con hombres con las manos destrozadas a martillazos en las ergástulas castristas bajo el Régimen de Concientización…
Entonces si el pueblo cubano, yo y tantos, pero tantos conocemos esta realidad por hoy irrefutable, no puedo concebir que el Vaticano no lo sepa y encima lo acepte o lo apoye con conductas que lentamente, han vaciado las iglesias de fieles y de creyentes…