Por Juan
Carlos Maimone
Hay temas
que uno prefiere obviar por no transitar por los intrínsecos sentimientos
ajenos y sobre todo, con esto de la nacionalidad; no sólo porque es privativo
de cada uno, si no porque la esencia ética que de alguna manera nos permite existir,
en la misma medida, nos impide hacerlo de cualquier manera.
Sin
embargo, cuando la estupidez se convierte en rigor, cuando el poder económico
pretende caprichosamente comprar hasta la realidad y cuando se pone en juego el pricipio racional del profesionalismo, se produce la renuencia que por
espontánea, pareciera hasta reaccionaria.
Motiva este
comentario, la más absoluta falta de respeto excéntricamente expuesta por
Univisión en casi todos los órdenes, pero con el derecho y la frialdad que lo
años de experiencia me consienten, me voy a referir solamente al automovilismo.
Es
respetable el hecho de poder adquirir los derechos de la Fórmula 1 y asumir sus
costos, que no son para nada accesibles, pero que además, se transforma en una providencia
loable, en la medida que en la categoría mayor del automovilismo deportivo hay
dos representantes de la misma procedencia que la cadena televisiva. También
sería hasta lógico que los comentaristas confiesen sus simpatías; pero claro,
cuando cruzan el límite de los derechos propios, es porque se ha comenzado a recorrer
el ajeno y allí, debe imperar el respeto, más aún, cuando a lo expuesto se une a
la absoluta carencia de conocimientos, manejo del idioma e imparcialidad. Eso
ya es un insulto casi premeditado a la inteligencia de los televidentes.
Transformar
el hecho en noticia, ya es algo bastante difícil; ya que el periodista debe
producir el toque místico entre el sentimiento y el raciocinio nada fácil
pensando en la distancia a veces insalvable que existe entre el cerebro y el
corazón. Cuando no existe el funcionamiento adecuado de la parte superior del
cuerpo, es un imposible.
La pregunta
es: No existen comentaristas idóneos en automovilismo en Méjico o aunque sean
de otras nacionalidades…?. La respuesta es sí. Pero Univisión ha decidido
imponer a Joaquín Duro, con menos facilidad de palabras y conocimientos que su
apellido, junto a Paola y Antonio – hermana y padre de “Checo” Pérez
respectivamente - con la parcialidad de esperar. Que bien podrían ser invitados
a la transmisión, pero no, “comentaristas”… Sin darse cuenta del mal que le
hacen al propio piloto, que además de sus limitaciones en la categoría, le debe
hacer frente a la presión de sus
connacionales no muy conocedores del tema y que crean que es realmente bueno
ante la falta total de coincidencias en los resultados.
Así las
cosas y ante el sobrepaso de Alonso al mejicano para sacarle una vuelta,
soltaron alegremente: “Esta lucha entre el español y el nuestro, ya se ha
convertido en un clásico…”.
Una absoluta aberración periodística y una falta de respeto al automovilismo. Porque estos señores se olvidan, que una de las responsabilidades del periodismo, es enseñar y cuidar mucho el carácter multiplicador de la falsedad en lo expresado.
Creo que
llegó el momento de revisar esta aciaga estrategia de Univisión que “dice
representarnos” aunque con este tipo de política, cada vez se alejen más de esa
soñada responsabilidad que nunca fue…