Un nuevo año,
un nuevo desafío…
Lenta pero inexorablemente, se acerca otro fin de año; el día en el que a la gente la invitan a llorar, a sentir nostalgia por el ineludible paso del tiempo y a producir balances que no sirven para nada porque todos los años son lo mismo que el anterior. Un día en el que renace la obligación a hacer promesas imposibles de cumplir como dejar el trago, dejar de comer, dejar de fumar y volverse bueno a cambio de nada...
Un día hábil, pero muerto; de calles desiertas y almacenes cerrados, un día interminable en el que la radio repite una otra vez, con voz de sepulcro, los desastres del año, recordando terremotos, inundaciones, accidentes aéreos y confesiones impúdicas de de estrellas de la farándula y políticos de turno. Porque en esta nueva realidad mediática, para la mayoría no hay mejor noticia que una mala noticia.
Nadie nombrará a los médicos en Africa, ni a los maestros rurales, ni a nuestros soldados allende los mares. Si será noticia (aunque sea por un día) la niña que nació a las 00:00:03 del 1º de enero del nuevo año (?).
Todo eso en voz alta, con lágrimas en los ojos o abrazos que van o vienen, bendiciones y recomendaciones de acá o de allá, como si Dios tuviera el poder de volver buenos a los crápulas de la noche a la mañana.
En realidad, el fin de año simboliza de manera irremediable el paso del tiempo y que a su vez, magnifica la fugacidad de las cosas; aunque nos empeñemos en un nuevo peregrinar por el mundo de las promesas o bien, en una renovada espera por todo lo ansiado o demorado.
Sin embargo; no queremos pecar, ni somos pesimistas y en lo que a nosotros nos compete, el año que se va dejó algunas cosas más que interesantes y porque no, positivas: Nuevos proyectos, un renacer bilingüe en un tratar de acortar distancias con los ciudadanos de este país maravilloso, con quienes un día nos cobijaron y nos brindaron la enorme oportunidad de ser y crecer. Un paisaje nuevo, lleno de renovada fe y esperanza, con nuevos amigos y nuevos horizontes para compartir el pasado, participar del presente y tal vez juntos, construir un futuro mejor.
Esto es lo tangible o simplemente por tener carácter de vigencia, un inapelable propósito renovando las fuerzas en esto de andar e informar; una tarea por algunos olvidada en detrimento de tantos.
Feliz Navidad, un próspero año 2011 y gracias por ser consecuentes con nosotros...
Juan Carlos Maimone
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