El pueblo norteamericano alzó su voz
para que se escuche en Washington
y pasó un claro mensaje
a los del otro lado de la frontera…
por Juan Carlos Maimone
El contundente voto castigo dirigido al Presidente Barack Hussein Obama y a los representantes más izquierdizantes de su administración, se pudo ver estrepitosamente través del resultado de las elecciones parlamentarias recientemente realizadas en los Estados Unidos.
El voto castigo es todo un mensaje para el gobierno de Obama y para su ahora incierto proyecto de reelección del 2012 y en los hechos, lo obligará a hacer cambios significativos para impulsar su agenda en los próximos dos años. Sobre todo, en lo que hace a su política económica interna y a lo que tiene que ver con la seguridad norteamericana fronteras afuera.
A dos años de haber llegado a la Casa Blanca, Obama comienza a experimentar una caída casi vertiginosa, demostrando que si su ascenso fue tan meteórico como acelerado en su momento, ello se debió exclusivamente al exitismo mediático que propuso y no a sus pergaminos como político o estadista.
Ya en su momento- y ante la mirada atónita de algunos y el silencio de otros - habíamos reflejado que sus promesas proselitistas, distaban mucho de la realidad o eran sencillamente incumplibles.
Entonces; también dijimos que existiría un período determinado de tiempo y distancia, donde George Bush aparecería como el responsable de la inoperancia de la administración entrante, pero después, tendría que comenzar a mover el tablero y deberían aparecer resultados que tuvieran alguna coincidencia con las promesas y con lo que la prensa liviana no dudó en apoyar.
El primer problema que afrontó en ocupante de la oficina oval, sin dudas fue la economía. Ante un pueblo con limitados conocimiento de cómo funciona su intrincado sistema, fue muy fácil pasarle la factura a su predecesor, algo que los medios nacionales e internacionales, recostados en el facilismo del “copia y pega” o en el silencio por momentos inconmensurable del Presidente saliente, avalaron desmedidamente.
Sin embargo; un mesurado análisis de ayer y de hoy, desdice inapelablemente tanto aquella responsabilidad de Bush Jr. como la excesiva ilustración de Obama.
En los Estados Unidos, la política económica la decide el Congreso y el presupuesto nacional, es responsabilidad absoluta de los legisladores algo que desde el 2007, estuvo en manos del partido Demócrata, con mayoría absoluta en el Congreso y en el Senado. Consecuentemente, esa realidad inapelable, exime de culpas a Bush, en la misma medida que carga las tintas contra Obama y sus socios liberales.
Para colmo, muy poco más tarde, aparecen como arte de magia 700 mil millones dólares para sustentar a las grandes empresas norteamericanas, (las mismas que él había fustigado durante su campaña) y 3 billones de la misma moneda para cambiar el plan de salud. En un país que recibió casi quebrado…?
Claro está, todo esto, dentro de un consenso de una población casi apolítica y sin muchos conocimientos sobre el tema. Pero no fue justamente allí donde comenzaron a surgir los problemas, si no cuando se comenzaron a manosear algunos componentes muy delicados para los norteamericanos, como es su nacionalismo incomparable y la seguridad del país.
La liviandad de Obama en estos temas, primero teniendo en cuenta su ascendencia e inclinaciones, a la que peligrosamente se le suma la falta de conocimientos en temas militares, junto a las experiencias mostradas por predecesores de la talla de Jimmy Carter, Bill Clinton o del clan Kennedy, hicieron que la gran mayoría del gigante despertara, con los resultados a la vista: Un elocuente triunfo en las urnas del conservadorismo ancestral…
"El resultado de las elecciones no resta importancia al trabajo que hemos hechos a favor del pueblo estadounidense…", pronunció la nefasta Nancy Pelosi en uno de sus últimos estertores pero a la vez, viciado de realidad, pero ya el pueblo norteamericano, se había pronunciado, algo que para colmo, obligó y tuvo que reconocer Obama, en un acercamiento totalmente tardío para con su pueblo, sentimientossy necesidades.
Con once bancas aún por definir, los republicanos se quedaron con 240 escaños frente a 184 de los demócratas; mientras que en el Senado, de 37 bancas sobre un total de 100en juego, los republicanos tuvieron una ganancia neta de seis bancas, pero para colmo, la oposición también logró arrebatar al oficialismo 11 gobernaciones.
Obama y un panorama lúgubre para sus aspiraciones... |
Con este lúgubre panorama por delante, el Presidente Barak Hussein Obama deberá despertar del sueño, la banalidad y el populismo, para enfrentar definitivamente a la realidad. Una realidad mucho más complicada e incómoda, que comienza con el de qué manera revertirá su apoyo a la famosa mezquita en pleno territorio sagrado para los norteamericanos (La Zona Cero) y que definitivamente, lo llevará a un enfrentamiento con su propio pueblo o con los que le hacen honor a su segundo nombre…
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