La historia no oficial…
por Juan Carlos Maimone
Apagados los ecos de de la explosión mediática de su rescate, comienza a emerger la existencia cierta y efectiva sobre los hechos, más conocida como realidad, que por tener carácter de vigencia, se torna ineludible…
Dentro de los cientos de versiones que circulan alrededor de su supervivencia, los 33 mineros chilenos comienzan a retomar lentamente al tuteo con su propio ambiente, con la vida cotidiana. Entonces afrontan situaciones que en mayor o menor escala, los devuelve a sus verdaderas historias o procedencias.
Muchas veces ciertas, otras producto de la fantasía de plumas muy sutiles orientadas más a la seducción que a la información, los 33 hombres épicos se enfrentan a sus quehaceres habituales, al día a día. En otras palabras; estos mismos que emergieron de la mina como verdaderas celebridades, comienzan lentamente a ser devorados por la incertidumbre y el olvido.
Algunos con enmarañadas relaciones familiares, otros con la realidad en la mano ya buscan trabajo y todos sin excepción, tratan de resurgir ante rigor psicológico de la experiencia
Algunos con enmarañadas relaciones familiares, otros con la realidad en la mano ya buscan trabajo y todos sin excepción, tratan de resurgir ante rigor psicológico de la experiencia
Carlos Mamanni, el único extranjero del grupo, volvió a su casita de madera verde en una angosta calle de tierra implantada en la ladera de la montaña. Una barriada brava, casi tenebrosa, donde la droga y el robo son parte del folklore cotidiano. Ni red cloacal, ni agua potable y donde la electricidad se origina en algún poste salvador a la vera del camino.
La otra mayoría ya ha regresado a las arenosas tierras del desierto de Atacama, a la pobreza de los barrios carenciados que trepan por las laderas de los alrededores de Copiapó, buscando el sustento (porque la empresa empleadora tratando de huir de sus responsabilidades se ha declarado en quiebra) con la incertidumbre del mañana abrazada a la cintura.
Y creo que este rumbo de los acontecimientos es lógico, porque los que querían salir en las fotos, ya lo hicieron, los que pretendían hacer proselitismo, lo consiguieron y los que codiciaban cobrar protagonismo a través de las cámaras obtuvieron sus dividendos. Mientras tanto, los mineros esperan el curso de los acontecimientos que como es natural, no tiene la importancia ni el impacto mediático de la semana pasada, lo que pone en peligro una larga estantería de promesas.
Con la empresa que los contrataba en quiebra e inoperable desde el derrumbe, al aumento de interrogantes sobre el futuro de los 33, hay que sumarle el hecho de que hay otros 300 ex-compañeros que no quedaron atrapados, pero también quedaron desempleados.
Con la empresa que los contrataba en quiebra e inoperable desde el derrumbe, al aumento de interrogantes sobre el futuro de los 33, hay que sumarle el hecho de que hay otros 300 ex-compañeros que no quedaron atrapados, pero también quedaron desempleados.
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