Monday, April 1, 2013


La Educación Según la Impunidad...
por Juan Carlos Maimone

No es menester indispensable ser un erudito en temas sociológicos para asumir que cuando la violencia se ha instalado en una sociedad como medio de vida, es porque la impunidad domina lo cotidiano para convertirse en algo tan habitual como vigente.

Lo que cuesta creer, es que esto ocurra en un país donde la democracia ya estaba emplazada cuando más de la mitad de Europa y en lo que hoy se conoce como el Primer Mundo no existía. En un país considerado allá en el tiempo como uno de los más florecientes del planeta Tierra e instalado en una parte del continente superada por el hambre y el atraso.

La pregunta sería cómo se llega de un extremo a otro sin elementos que guarden coincidencia con la historia o con la esencia.

Una de las respuestas más atinadas podría ser el facilismo que lentamente han ido emplazando las distintas administraciones, que ante la carencia de políticas adecuadas, han buscado fronteras afuera responsables fantasmales e inexistentes y lo que ocurre en el fútbol argentino hoy, es una prueba inapelable.

Por estos días sería supremamente ridículo echarle la culpa al imperialismo o la CIA del comportamiento sin límites de una parte de la población que incluye a los “Barras Bravas”, elementos que sirven sin secretos ni complejos, a los intereses más mezquinos de la sociedad (caso del INDEC manejado por el conflictivo Moreno). Una suerte de paralelismo con lo que viene aconteciendo en el orden nacional en todos los niveles.

Este es resultado absoluto de políticas manejadas por resentidos, llenos de odio, de odios nacidos y cimentados en sus propios fracasos, descritos a la perfección por el inefable Vargas Llosa cuando los tilda de “Enfermos de rabia inexplicable hacia todo lo bueno que sea diferente a su manera radical y fanática de ver las cosas, son por lo general incultos, ignorantes, mediocres de mediocres…”.

Existe a estas alturas una acción correctiva que revierta esta situación…?. Es difícil, muy difícil. Porque para que esto ocurriera, debería de existir una reversión total del carácter de aplicación de la Justicia, donde los primeros sancionados serían los mismos gobernantes que buscaron, implementaron y sustentan inescrupulosamente estas conductas.

Tanto el poder político como el sindical y muchos de los clubes son los únicos responsables, alimentando el día a día de este flagelo que ha hecho desaparecer el verdadero folclore del deporte más popular de la historia de la humanidad de los estadios argentinos.

El Poder Judicial con sus carnavalescos personajes es otra ratificación de los intereses ridículos que sustentan este circo sin el más mínimo interés de ejercer la justicia. Porque si ellos, con el Código Penal en la mano no pueden encausar esta situación, es sencillamente porque son una simple partida de inservibles canallescos, que hacen permanente gala de una pasividad o permisividad que linda con lo brutal.

Cuál es la solución para estos ignotos de sus deberes profesionales…? Ah! juguemos sin público visitante… Cercenando el derecho de muchos, por no querer frenar a unos pocos, que lenta pero inexorablemente, han poblado y tomado por asalto, un país totalmente a la deriva…