por Juan Carlos Maimone
Los líderes latinoamericanos y caribeños reivindicaron al iniciarse el último mes del año, su independencia del Norte al abrir en Caracas una cumbre para fundar la CELAC, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, pero se mostraron divididos sobre el papel que este nuevo organismo regional sin Estados Unidos debe adoptar frente a la OEA.
Así leído o escuchado, puede o no sonar como una propuesta llena de lirismo con acento bolivariano de donde se desprende un alto sentido del nacionalismo patriótico. Sin embargo, la realidad indica a vivas voces, que se trata de otro circo preparado por Hugo Chávez, quien a través de la pérdida del liderazgo que viene protagonizando últimamente, saca su mano temblorosa a la superficie de un mar enmarañado, más conocido como “manotazo de ahogado”.
Para el mandatario, esta cumbre aplazada desde julio cuando se le diagnosticó un cáncer terminal, supone su retorno a la escena internacional y una ocasión para mostrar - ante realidades que sostienen lo contrario - que superó la enfermedad. Su grotesca imagen, demuestra todo lo contrario.
El nuevo emprendimiento que como todos los anteriores se vio colmado de lujos que paradójicamente los pueblos de los países integrantes no pueden asumir, no es más que una satírica copia de sus predecesores ALBA, CALC y otros estertores de las alicaídas democracias latinoamericanas.
El hecho de haberse leído un mensaje de las guerrillas colombianas FARC y ELN que coincidieron en calificar como "trascendental" para la región la fundación de la CELAC me eximiría de mayores comentarios…
"He aquí el significativo sentido de la unidad latinoamericana y caribeña, emprender el camino hacia el nuevo mundo que nos vetaron siempre el viejo continente y el imperio norteamericano", señaló el comunicado firmado por los delincuentes poco comunes.
Reivindicó al pueblo colombiano la palabra de su Presidente Juan Manuel Santos, quien dejó claramente sentado la diferencia de niveles de los presentes cuando expresó: "Esta integración no puede ser contra nadie, esta integración es una integración a favor nuestro. Esta integración no es contra la OEA o contra la cumbre Iberoamericana, es a favor de América Latina y el Caribe…", aseguró el para muchos considerado como aliado de Washington.
Dentro de este florido panorama de tipos mal vestidos, sorprendieron las palabras del General (?) Raúl Castro que expresó serias dudas sobre el plan de Chávez.
Después de escuchar a estos esbirros de sus propios intereses, no podemos menos que apenarnos y sentir una íntima vergüenza por los responsables absolutos de sumir a sus respectivos países en el fondo del Tercer Mundo, porque todavía Cuarto no hay…
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