de OBAMA
por Juan Carlos Maimone Luego de casi nueve años, el ejército de Estados Unidos retiró formalmente la bandera de las fuerzas estadounidenses en Irak, en una ceremonia en que la misma fue envuelta en camuflaje, “revistiéndola” formalmente, de acuerdo con la tradición militar.
En la base de Fort Bragg, Carolina del Norte, adonde llegó acompañado de su esposa, Michelle, el presidente de EE.UU., Barack Obama, manifestó en una de sus elocuentes citas: “Es más difícil ponerle fin a una guerra que empezarla…”. Realmente, un desatino más, de quien puede disputarle a Jimmy Carter la supremacía de ser el Presidente más inepto de la historia norteamericana.
Este improperio mediático y populista por excelencia, no logra ocultar sus “manotazos de ahogado” de frente a las próximas elecciones presidenciales, con los resultados de las legislativas a cuestas, donde el pueblo norteamericano no habló, más bien gritó su opinión en las urnas.
Sólo quien nunca vistió un uniforme para defender a su país, puede verter una opinión tan liviana como banal, en detrimento de su propio partido que votó con la excepción de Ted Kennedy (cuándo no…?) la invasión a Irak y la destitución condenatoria de Saddam Husein y su régimen.
El como muchos facilistas, se harán eco de las palabras jamás pronunciadas por su predecesor, de que el hecho obedecía a la “presencia de armas de destrucción masiva” y ocultará como tantos, de que se trató de sentar un precedente inapelable en aquella parte del mundo sustentado en que nuestro territorio no se toca y así ocurrió.
A ningún fanático o estado se le ocurriría hoy desatar o respaldar un atentado contra los Estados Unidos con el antecedente de Irak en sus narices, pero la orden había que darla y asumirla y así se hizo, aunque hoy pretendidamente la critique el que entonces era, un desconocido Senador estadual por Illinois, desconocedor absoluto de la política internacional de su propio país…
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